Cuidado de los comunes: reglamento de Bolonia. Un comentario

Texto escrito por Fabio Silli

Este mes de noviembre, en ocasión de las jornadas The City as a Commons, en Bologna (Italia), he tenido la ocasión, junto a Sito Veracruz, de traducir al castellano el Reglamento sobre la colaboración entre los ciudadanos y la administración para el cuidado y la regeneración de los bienes comunes urbanos (PDF) que acaba de cumplir un año de su aprobación. Este documento ha sido el fruto de la colaboración que empezó en 1997 entre Labsus – Laboratorio para la subsidiariedad y el bien común y el Ayuntamiento de Bolonia, con el ensayo “Introducción a una Administración compartida” en el que se declaraba que el gobierno regional estaba evolucionando hacia un nuevo modelo organizativo basado en la colaboración en lugar de las relaciones conflictivas entre los ciudadanos y las administraciones.

El desplazamiento hacia una forma de colaboración entre administración y ciudadanía se confirmó en 2001 con la aprobación del art. 118 de la Constitución Italiana sobre la subsidiariedad horizontal y ciudadanía activa. Dicho artículo establece expresamente que el gobierno local debe “promover las iniciativas autónomas de los ciudadanos, individualmente y en combinación, para la realización de actividades de interés general”. Este principio no había encontrado una aplicación práctica en la realidad administrativa italiana y no es de extrañar pues en Italia, como en muchos otros países, todavía sigue vigente, aunque cada vez con menor vigor, el modelo bipolar del siglo XIX según el cual el sujeto público es el único que tiene derecho a operar en nombre del interés general.

Es precisamente aquí donde radica el potencial revolucionario de esta innovación institucional, pequeña pero fundamental: los ciudadanos ya no son considerados como meros usuarios y simples receptores del Estado, sino que son finalmente reconocidos como actores clave en el tratamiento y gestión de directa de los bienes comunes. A través de ese giro se da sustancia a ese concepto abstracto que es el interés común, mediante un nuevo modelo de relación entre ciudadanos y Administración Pública que se funda en la confianza y la cooperación entre las partes.

El Reglamento sobre los Pactos de Colaboración consta de 36 artículos y regula las formas de asistencia para el cuidado y gestión de los bienes comunes urbanos, mediante la adopción de actos que se expresan como Pattidi collaborazione (Pactos de colaboración). No es casualidad que se use el término “pactos” y no “acuerdos”: de esta forma se hace hincapié una vez más sobre la base de la confianza mutua en una relación de igualdad, para luego construir una alianza que se vaya alimentando y fortaleciendo en el tiempo con la práctica de la colaboración. Si bien en el art. 118 de la Constitución se exige “alentar” la iniciativa ciudadana, el reglamento prevé expresamente desde la cesión de espacios o edificios sin uso a posibles formas de apoyo basadas en la reducción de tasas e impuestos (en la concesión de espacios) y también formas de colaboración en el diseño de las competencias.

Estos pactos de cooperación para la protección y gestión de los bienes comunes no implican solo el compromiso de una ciudadanía activa. La administración pública municipal asume una función importante pues una de sus tareas más importantes es precisamente la promoción, entre los jóvenes, de una actitud activa y responsable. Con esta herramienta los ciudadanos se hacen protagonistas de la protección, gestión y cuidado de su ciudad, gracias al apoyo y respaldo institucional para la innovación social, la promoción de la creatividad urbana y la innovación digital.

Dentro del documento se define además que la formación sea tanto para los ciudadanos activos, como para los administradores y dependientes de la administración pública que se ocuparán de los proyectos propuestos y aprobados; de esta forma, todos los involucrados en el proceso pueden trabajar horizontalmente, sin que nadie asuma el rol de “experto” y todas las partes puedan relacionarse y aprender mutuamente.

Otro aspecto importante es el relativo a la sostenibilidad de los acuerdos de cooperación. Las exenciones y los honorarios de facilitación y los impuestos locales sobre el acceso a espacios comunes, desde la provisión de material y equipos de protección para el trabajo a la ayuda de personal especializado para en el diseño, la provisión de recursos para financiar las actividades como el reembolso de los gastos efectuados en apoyo de la autofinanciación, mediante formas de reconocimiento por las acciones implementadas para instalaciones administrativas para los que colaboran.

Con este Reglamento se pretende reconstruir y fortalecer el contrato social que une a los ciudadanos dentro de una comunidad, actuando de forma conjunta en todos los niveles: desde la formación hasta las formas de apoyo a la colaboración en el desarrollo de proyectos, porque los bienes comunes y el espacio urbano no es algo que compete a los demás sino a nosotros mismos.

Enlaces de referencia

Reglamento sobre la colaboración entre los ciudadanos y la administración para el cuidado y la regeneración de los bienes comunes urbanos (PDF).

Regolamento sulla collaborazione tra cittadini e amministrazione per la cura e la rigenerazione dei beni comuni urbani (italiano, PDF)

English translation (PDF)

Fabio Silli es arquitecto italiano que desarrolla su actividad en Madrid, es miembro del colectivo de arquitectura n’UNDO y ha sido miembro y participante de los proyectos La Mesa Ciudadana y Citykitchen.

Imagen: Fotografía del proyecto con sede en Bolonia: Re-use with love.

 

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